Estuve las últimas dos semanas en México. Específicamente en la Ciudad de México. Había viajado en 2017, para mi luna de miel, con tanta fortuna que aterrizamos allá el 31 de octubre, cuando comenzaban las celebraciones de Día de Muertos. Así se comportó siempre México conmigo: ofreciendo sus dones con una enorme generosidad. Pasé solo 5 días, entre altares y alebrijes gigantes, y sentí que había arañado apenas la superficie de una ballena.
#34: En las Garras de la Serpiente Emplumada
#34: En las Garras de la Serpiente Emplumada
#34: En las Garras de la Serpiente Emplumada
Estuve las últimas dos semanas en México. Específicamente en la Ciudad de México. Había viajado en 2017, para mi luna de miel, con tanta fortuna que aterrizamos allá el 31 de octubre, cuando comenzaban las celebraciones de Día de Muertos. Así se comportó siempre México conmigo: ofreciendo sus dones con una enorme generosidad. Pasé solo 5 días, entre altares y alebrijes gigantes, y sentí que había arañado apenas la superficie de una ballena.